18 de agosto de 2010

Espíritu

Aflojemos un poco con el amor. O no, veamos otro tipo.
Estoy en Rosario visitando a Madre. En Marzo se mudó a un departamento céntrico y ahora vive a media cuadra de nuestra primera casa en esta ciudad. No nací ahí pero llegué con unos pocos meses. Esta visita empezó bastante mal. La vi muy deteriorada y mi reacción primaria fue de retarla: porque no toma la medicación, come cosas que no debe, no va a los médicos, etc. Al segundo día reflexiono mientras ve la tele. Está muy sola. Hace un par de meses que su marido -en etapa geriátrica- ya no está para hacerle la vida más difícil. Y no quiere juntarse con amigas ni sale a ningún lado porque le cuesta caminar, aunque lo tiene indicado.
El Lunes la conminé a salir y fuimos a la placita donde aprendí a caminar. La paradoja es casi obvia pero no la vi hasta el momento de escribir esto. Guío sus pasos inseguros por esa plaza tal como ella lo hiciera para que yo abandone el gateo. Como era feriado el lugar estaba repleto pero no reparamos mucho en la multitud, fuimos y vinimos tratando de reconstruir cómo eran las cosas cuando yo era una mierdita de apenas algunos centímetros. Edificios que antes no estaban, casas que sobrevivieron, cambios en la geografía. Terminamos en la puerta de nuestra antigua casa, que está deshabitada y creo inminente un edificio. Cómo me hubiera gustado entrar. Estuve hasta los siete años y hay ambientes de los que apenas si me acuerdo.
Esta no es la crónica de un milagro sino el relato de una anécdota que termina bien. Aunque ahora que lo pienso lo espiritual estuvo en ese paseo. Madre perdió de un plumazo su actitud achacosa y yo quedé feliz de poder devolver -con ese pequeño acto- su vitalidad y un poco del amor que me dio.

19 comentarios:

Adriano dijo...

Más viejo, más nostálgico.

Mari Pops dijo...

Me mata que la gente mayor se quede sola

vaya mas seguido Adriano
Hermoso y muy sentido este post

Mariana dijo...

Es muy fuerte cuando los "roles" se dan vuelta y uno pasa a cuidar a sus padres. Es duro. Es inevitable.
Pero hay mucho amor ahí, eh.
Muy lindo :)

Alelí dijo...

si esto no es amor...no tengo idea que lo es.

me emocioné, me imaginé viejita con mi hija en la plaza dónde aprendió a caminar y me emocioné.

me gustó mucho.

Dante Bertini dijo...

yo también me alegro por vos
es tiempo de recuperaciones
un abrazo

Catafa dijo...

Les pedimos que hagan por ellas lo que muchas veces no hacemos por nosotros. Pero como nosotros somos jóvenes no se nos nota tanto.

Lema dijo...

genial Adriano. me gusta, me gusta su blok, sus letras, su historia, digale a Madre que un Mapache loco le saluda. si.
abrazo.
P/d: (y la foto de antigua hogar suyoooo? cuandooo?! )

Peccata Minuta... dijo...

Hay Adri! me emocioné... y un buen día se invierten los roles, sin que nos demos cuenta...

Poli dijo...

Ah, el amor de hijo! Que se inviertan los roles es inevitable, es hasta dulce que lleguemos a hacer con ellos lo que hicieron x nosotros. Cuando no es posible, mmm, algo falta.
A ella le hace falta la mimitis-compañia, cómo se ponen los viejos cuando van creciendo! Hacé lo q esté a tu alcance porque el ánimo es lo fundamental, para todos.Besos.

lali balbi dijo...

muy tierno
y como ya te dije otra vez: celebro que estas cosas se conviertan en literatura
besos!

Marie dijo...

yo la entiendo a tu mamá: ¡un hijo así se merece una chica que le cocine!

Lola dijo...

Mientras tenga a su madre no tendrá licencia para hacerse viejo. Es así, me pasa con mis propios padres, así que cualquier achaque propio hay que aguantarlo sin chistar.
Hermoso relato, ojalá encuentre la forma de que se recupere animicamente también, ese paseo en la plaza seguro fue un balsamo.

Besos

Oh! Magnolia dijo...

Bellísimo, tenías que vivir eso!

Anónimo dijo...

.. me mataste con este post.. Besos, Adriano.

Adriano dijo...

Pops: lo haré, lo prometo. Gracias.
Mari: Madre es lo más, solo que uno a veces pierde el contexto.
Alelí: si hubiera yo imaginado estas cosas..
Dante: es verdad, es ese tiempo.

Adriano dijo...

Catalina: Bienvenida al blog! bueno, este es tu 2do coment en realidad, un gusto que vengas. Sí, creo que por eso me enojé, ese reflejo.
Lema: oooh no le saqué! bueno, para otra vez, gracias por los conceptos!
Pecs: no me llore vecina! Jaja besotes.
Poli: Sí amiguita, la voy a mimar más, sin dudas es eso.
secre: gracias, yo tb celebro que podamos hacer algo con estas cosas.
Marie: te quiero!
Lola: tal cual, el paseo fue un antes y un después. Saludín.

Adriano dijo...

Magno: y quién sabe qué más no?
Caia: Gracias? jaja besillos.

Maisa dijo...

Hermosa sensibilidad.
Experiencia vital trascendente.
Hoy peco de frases cortas.
Un beso grande para usted y Madre.
;)

pics 'n' roll dijo...

uf! pasar por primera vez y hacerme llorar!
ojalá puedas visitarla más a menudo