De una oficina vidriada a la otra, dos empleadas acomodando para irse mientras espero sentado en el medio, junto a otras personas:
-Dijo que te espera a las mil trecientas?
-qué?
-(risas) es que mi hermano está en la Fuerza Aérea...
-ah! sí! me habías contado, qué divino!
-el está en el área mecánica pero es un escalafón alto
-y tienen jubilaciones hermosas no?
-sí, estuvo en Kosovo como casco azul... no me cuenta nada
-vos viste qué raros que son ellos, qué divino! no te cuenta!
-no... nunca contó nada...(tono apagadísimo)
Se abre una puerta y alguien dice mi apellido. Me paro y uno de los que esperan conmigo me mira como diciendo "no te vas a ir justo ahora..".
2 comentarios:
terribles los cuentos ajenos a medio terminar
protervo, he descubierto este coment casi 15 dias después, no sé porqué necesitó autorización mía. Un abrazo.
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