31 de agosto de 2009

Es la ley la que te castiga


La vamos a destrozar, dice mi abogada. Es la primera vez que la veo así, detrás de su escritorio, de trajecito, labios pintados y el cabello recogido. Sus gestos y ademanes son vehementes, exagerados, y creo que además está nerviosa. A su espalda un rayo de sol entra por el ventanal de doble hoja y en el haz veo flotar partículas diminutas, se arremolinan con el aire que exhala al hablar.

Me pide datos: nombres, números, testigos, explicaciones, parece la parte demandante. Le informo que parte de esos datos están en poder de mi contador. Se indigna, escupe lava contra los contadores, los empleados que hacen juicio, los abogados del ministerio y la injusticia universal. Pero el sermón ha pasado a segundo plano, porque desde hace unos instantes estoy observando su boca, poblada de pequeñas arrugas en el contorno. Se hacen más profundas cuando chupa su cigarrillo. Sus labios, que alguna vez besé, son delicadamente finos y me gustaban más sin ese borgoña que llevan ahora, cuando soplan humo y dicen aplazamiento.

Mi amiga Diana me había dicho: esta noche te voy a presentar a una abogada. El pretexto para conocerla fue un asado en su casa, tuve que oficiar de asador porque la anfitriona no llegaba, nos recibieron unos amigos de ella y dijeron que estaba en camino. Diana me explicó que era muy dedicada con su trabajo, y que estaba sola. Sola? Sí, está sola y es más joven que vos, un par de años.

No terminamos esa conversación cuando una 4 x 4 (qué otro vehículo sería) derrapó en la esquina para detenerse torpe sobre el acceso de la casa. La abogada. La misma que ahora me dice que vamos a buscar el arreglo, inquiere por segunda vez si al final vendí el auto y, sin esperar a que conteste, me dice que se compró una yegua, y que anda de acá para allá cabalgando por su barrio.
Le pregunto si ya terminamos mientras guardo los papeles que me dió. Al salir, un viento caliente me azota en la cara, sigue sin venir esta tormenta santa.

28 de agosto de 2009

Esta nueva etapa*

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## Hoy salí para el trabajo con menos ropa, se anuncian calores y tengo ocho -de las quince cuadras que camino- en subida. Esto era lindo en invierno, las trepaba como alpinista. Llego, armo rápido las actividades en el negocio y parto hacia el banco.
##Centro, calor, espero el verde en la avenida. Una persona ciega a la que ayudo a cruzar me pide acompañarlo hasta la parada del R2. En el trayecto hablamos, va tomado muy fuerte de mi brazo y me lo aprieta todavía más cuando me agradece. Se me hace un nudo en la garganta, es mi primera vez guiando a un ciego.
## En el banco la cola que hago se mezcla con la del cajero automático, donde una chica ayuda a los desorientados vestida con un elegante trajecito gris. Escucho detrás de mí a uno de los policías de la sucursal indicando a un infiltrado: “la cola viene de aiá, on tá la azafata”. Saco la agenda y leo para mí esto de Ezra Pound:

CAUSA
Reuno estas palabras para cuatro personas,
alguien más puede cazarlas al vuelo,
oh mundo, lo siento por ti,
No conoces a esas cuatro personas.


El colectivero me saluda educadamente al subir. Relaciono esto con la tormenta de Santa Rosa, que seguro otra vez no viene. Justo veo por la ventanilla a un hombre pasar con un broche sujetándole el pantalón a la pantorrilla, y me recuerda al abuelo de Javier, mi amigo de la infancia, que me enseñó lo que uno nunca olvida: a andar en bicicleta
## Llego a mi negocio, que a todo esto agrego es un laboratorio. Hemos recibido una demanda judicial de una ex empleada que inventó haber trabajado más horas y en otra categoría. Las malas compañías pienso, y me pongo como el niño en la foto. Continúa.

*intento de contar a través de mi cotidiano, al estilo del diario de Evadam (aguante LadyB !) foto:William Klein

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23 de agosto de 2009

Verde que espera la lluvia

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Yo era el ágave que te regalé, lo que te había quedado de mí. Ahora que ya no existe, no es necesario explicar nada. Dijiste que no te gustaba porque tenía espinas y podía crecer mucho. Pero la verdad es que el ágave era yo, y no me querías cerca. Las espinas son para defenderse, pero para vos los signos del peligro estaban en cada cosa que te rodeaba. Los ágaves crecen mucho si se los pasa a tierra. Lo nuestro tampoco creció pero sí hubo heridas. Me recordaste lo que leí de un personaje de Piglia, Lucía Nietzsche:

No hay nada tan abyecto, dijo Lucía, como la convi­vencia de un hombre y una mujer. En teoría podemos comprender a una persona, pero en la práctica no la soportamos. El matrimonio es una institución criminal. Con los lazos matrimoniales siempre termina ahorcado alguno de los cónyuges. En eso reside el sentido de la fórmula: Hasta que la muerte nos separe.

Se acerca la primavera y pienso en mis buenas intenciones entonces, y sigo cultivando plantas. Ellas crecen vigorosas por mi perseverancia, y alguna enmienda orgánica. Las lluvias vendrán para terminar con esta seca polvorienta.


El cuento completo aquí, parece larguito pero no tiene desperdicio.




19 de agosto de 2009

Dedicados a las cosas esenciales

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En el patio del fondo de nuestro lugar de trabajo hay un limonero.
Como estamos en época de cítricos el árbol está lleno y casi todas las mañanas salgo a sacudirlo, para recolectar los limones que ya están maduros.
Es ley que alguno me caiga en la cabeza.
Pero ayer descubrí que se nos agrandó la familia.
Sí, ya sé que nadie quiere a las palomas, a mí incluso se me hacen peligrosas.
Pero cuando la vi ahí tan abnegada cobijando esos pequeños blanquillos, suspendí la cosecha.
Que se caigan solos, total, tenemos para hacer dulce.
Ahora esperamos ver esos pequeños.-
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Fotos: Romancito, mi empleado ejemplar. (click para verla más grande)

14 de agosto de 2009

Pez para el hombre perfecto

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Volver feliz con una revista Anteojito. El olor a nuevo que todavía hoy busco en cualquier revista recién comprada. Después del repaso superficial, la elección: tarea con tijeras y un pez para recortar y cocinar.



Son las tardes solo en casa y debería estudiar, pero el estudio no es lo mío, yo quiero ser aviador (porque vi una exhibición) o arquitecto (porque me gusta la palabra).
Así que recorto con ahínco pensando en lo bien que va a salirme esto. Y mando el pececillo a la sartén con aceite. Y por qué no?. El pez no ganaba volumen como yo esperaba, crecía desesperada mi fe, no es buena la fe? Aprendía sencillamente a convivir con la desilusión, no es bueno aprender?

Mi desencanto (que todavía no era fiel) avanzando a medida que el papel azul se volvía negro. El humo y el olor del aceite una evidencia difícil de esconder ante la llegada de madre. Que escuchó mi relato apenas entró, sus ojos yendo de la sartén a mí, de mí a la sartén. Una mirada de incredulidad y preocupación. Porque, después de todo, se trataba de un niño de nueve años.



13 de agosto de 2009

Otro santo

El matrimonio

I

Tú tienes mi atención: que es
una delicadeza, más allá
de lo que yo pueda decir. Yo tengo
tu constancia hacia algo
más allá de mí misma.
La fuerza
de tu compromiso nos recarga: vivimos
de ese empuje, prestándonos coraje
el uno al otro.

II

Quisiera hablar contigo.
¿Con quién más podría hablar?
Tú eres el que hace
un mundo del que hablar.
Va madurando en tu calor
la fruta: todas esas manzanas
y las peras que crecen
junto al muro, al sur de mi
cabeza. Si prestas atención
la lluvia cae para ellas, y
ellas beben. Y si
hablas en respuesta
las semillas
saltan al suelo.
Habla o no digas nada. Tu silencio
va a hablarme.

(Denise Levertov)

Obsequio diminuto para una grande: Mmelulú, que hoy cumple años.

Con mucho cariño (y no sabés lo que me costó encontrarlo)

9 de agosto de 2009

El cocinero fiel


Sucesión de mensajes entre madre y yo el Viernes, después de informarle que este finde (el que pasó) tenía "visitas".

M: Epa! te están visitando muy seguido entonces no te llamo
A: Llamá igual. Ahora estoy haciendo canelones después te hablo
M: Y ella no cocina? Adri no tenés suerte
No respondo a eso porque en realidad ya le conté que no sabe hacer ni un huevo duro. Después de separarme (hace como tres años) su pregunta/reflejo ante mi comentario "conocí una chica" es: y sabe cocinar?

A: Ja es que la recibo bien, comida nunca le faltó!
M: Y algo mas
A: Claro ma, algo más también
M: Tenés cuidado hijo
A: Sí, tengo.
M: Ahora tienen una facilidad las chicas me voy al super

El sábado llamó y tardé en encontrar el teléfono, que estaba adentro de un placard (sólo tengo un inalámbrico)
-HOLA (agitado por la búsqueda)
-Hola Adri, cómo estás? decime si interrumpí llamo después
-Nooo ma!, acá estamos tomando mate con la A (artículo antes del nombre, mi localismo preferido)
-A esta hora? (11:30) y los canelones?
-Sí, nos levantamos medio tarde. Pero ya los tengo hechos, son de acelga ricota y nueces.
-Le pusiste queso rayado al relleno? queda rico...
-Sí, y pimienta. Y nuez moscada.

Me llaman al celular y le aviso que tengo que cortar. Es mi socio, que sin saber de mis canelones me pide que le recuerde las proporciones para hacer panqueques. Está sin la compu y dice que una vez le pasé una receta. Se las doy y después de cortar pienso en cómo considerar estas pequeñas coincidencias.
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6 de agosto de 2009

La idea de un parque


En los primeros posts de este blog me hacía preguntas acerca de la escritura. Lo que mi escritura hacía en la gente. Lo que puede hacer una carta. Limpiar el alma con una, decirle al que ya no está todo eso que pudo quedar pendiente, y después quemarla o guardarla. O escritura como alguna otra forma de exorcismo. Algo de esto se ve en la película de Gus Van Sant que linkeo. No voy a reseñar la filmografía, que me parece despareja. De la peli, esto: impresionante cantidad de imágenes. Bellas, poéticas, con o sin música (que es excelente banda sonora) haciéndonos sentir. Entre patinetas y cosas de pibes, cuenta algo quizás no tan profundo, pero lo hace sin artificio ni enseñanza.

3 de agosto de 2009

El trabajo, antes




TRABAJAR: 'sufrir', 'esforzarse, procurar por', 1220-50, de donde más tarde 'laborar, obrar', siglo XIV.


Del latín vulgar TRIPALIARE 'torturar', derivado de TRIPALIUM 'especie de cepo o instrumento de tortura' , siglo VI. Este es compuesto de TRES y PALUS, por los tres maderos cruzados que formaban dicho instrumento, al cual era sujetado el reo.


De trabajar deriva el sustantivo trabajo, 1212, que conserva en la Edad Media y aún hoy en día el sentido etimológico de 'sufrimiento, dolor'.


La forma primitiva fue trebajar, que luego sufrió asimilación de las vocales, pero con tre- se pronuncia todavía en catalán.*

Así que siendo odiado Lunes del trabajo, dije: a jugar un ratito, sí, aunque sea un ratito
aquí**

*fuente: Ñusleter
**Al link de los jueguitos que está en el vínculo lo guardé de alguna recorrida bloggística y no sé de quien era. (quizás de alguno de Uds!) El que sea, gracias.
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