El nuevo habitante que hay en casa es mi fiel amigo Colmillo, ayer le di su segunda lección de guitarra. Por supuesto no soy músico ni profesor, es de onda. Y descubro, descubro... Primero: que olvidé casi toda la teoría. Segundo: que me gusta más hablar de la música como lugar emocional, sobre todo. Y también: el entusiasmo infantil que le brilló en los ojos cuando le dije: querés que toquemos un ratito? Y otra más, de yapa: que enseñar es dar, qué simple, no?
10 comentarios:
Ah y a mí nunca me quisiste enseñar, ta bien ta bien.
A
vine y veo esto: ojalá no sea respuesta airada a mi mail de ayer...
laura y paranoica
Andrea, ningún problema en enseñarte, pero pienso en esos deditos tuyos y ay! necesitan gimnasia! jaja gracias por pasar.
Amigo, ud se cuelga con la música pero tiene prestar atención hay dones que no son para todos. Un abrazo. Claudio
Claudio! me halaga que ud me lo diga, pero no sé si hará algún efecto en mi dejadez, como suele decirse, necesito un ladero.
si.. muy simple.. hay un mundo màs allà de ese "dar", mucho màs que dar!!! ida y vuelta, y esos gestos tan pequeñitos, ay... como el brillo de esos ojos a la hora de meterse en la aventura.
Y si, hablar desde lo emocional, de la musica puede llevarnos a muchos lugares, a esos que no habitamos todos los dias tambien..
un beso,
Vero.
lo que no entiendo es si está hablando de un ninio o de un cachorro (Colmillo???)
en el caso segundo, con que apenas agarre la guitarra, que importa la musica o la onda, se llena de oro!!!
Oh! qué honor con estas visitas! ´
Vero: la música es sentimiento y transmitirlo, compartirlo es lo más.Beso.
Poppins: Colmillo es el apodo que he puesto a mi amigo Diego (tiene 27 pero quiere aprender) y él me dice Tiburón. Jaja, creo que riqueza espiritual nomás. Abrazo.
Son ambas bienvenidas, traigan facturas nomás...
Qué tierno este post :)
Gracias Natalia, está medio lleno de animales este blog, no?
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